Cierto día mientras iba manejando un auto, me di cuenta que había un accidente en la autopista, eso despertó la curiosidad en más de uno para saber que había pasado, pero no nos podíamos detener, había que seguir para adelante, mientras avanzaba miré a través del espejo retrovisor lo que había quedado atrás y olvidé que había que mirar fijamente hacia adelante cuando tenemos que llegar a nuestro destino.
Al mirar por el retrovisor olvidé que habían muchos autos delante de mi y por mirar lo que quedo atrás, casi ocasiono un accidente más en la autopista, pero esta vez yo sería el protagonista.
Hermanos, cuantas veces nos a pasado que siempre estamos trayendo a nuestra memoria lo que quedo atrás, allá en nuestra vida pasada y sin darnos cuenta esos recuerdos daña tanto nuestro presente y descuidamos el camino que tenemos delante.
Esos maltratos físicos, psicológicos, abusos sexuales, humillaciones, heridas sentimentales y muchas cosas más que ocurrieron en el pasado, y que al mirar allá traen tanto dolor al presenté que no nos permitirán avanzar nunca.
Esos maltratos físicos, psicológicos, abusos sexuales, humillaciones, heridas sentimentales y muchas cosas más que ocurrieron en el pasado, y que al mirar allá traen tanto dolor al presenté que no nos permitirán avanzar nunca.
El apóstol Pablo inspirado por el Espíritu Santo dijo en Filipenses 3:13-14 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: OLVIDANDO CIERTAMENTE LO QUE QUEDA ATRÁS, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
El espejo retrovisor del auto es muy pequeño y está ubicado casi justo delante del que conduce, el parabrisas es tan grande que nos permite ver todo el panorama o el camino que tenemos por delante, sí haz de mirar por el retrovisor acuérdate que sólo es referencial con el propósito de seguir siempre hacia adelante.
Hoy es tiempo de olvidar lo que quedó atrás y continuar hacia adelante, largó camino nos resta. Jesucristo esta dispuesto a ayudarnos, él nos a hecho más que vencedores.

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