miércoles, 28 de diciembre de 2016

LA MEJOR MEDICINA


No quiero volver a verlo, no sabes lo que me hizo, no lo paso por nada, son algunas palabras que se han escuchado decir a muchas personas y para ser más exactos a muchos cristianos, ¿podrá ser posible que hayan cristianos que no puedan perdonar las ofensas de sus hermanos en Cristo? Si los hay, de hecho yo no los llamaría cristianos, esa es una palabra con un gran significado, simplemente los llamaría creyentes.

Me asombra mucho la actitud de Esteban el mártir, dice en el libro de hechos que sus enemigos oyéndole hablar se enfurecían contra él en sus corazones, y crujían los dientes.
Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, sus enemigos arremetieron a una contra él y lo apedrearon, pero el invocaba el nombre del Señor.

Pareciera que a él no le causaban dolor aquellas piedras, golpes y mucho menos las cosas que se decían de él, ¿Saben por qué? Porque su mirada la mantenía hacia arriba, contemplando la gloria de Dios, y mientras mantengamos la vista en el Señor Jesús, ocupados en contemplar su gloria, entonces nada de lo que se diga de nosotros, nada que hagan en contra de nosotros nos va a causar ni molestia, ni dolor porque no existe nada en este mundo que nos pueda distraer de su gloria.

Entonces podemos asegurar que cuando hay creyentes que no pueden perdonar y siempre están hablando mal de su prójimo, es porque no tienen la mirada puesta en Jesús, se han dejado distraer por las cosas que el enemigo pone frente de la vista para no mirar hacia Cristo, es por eso que no pueden perdonar.

¿Saben lo que decía Esteban invocando el nombre del señor? Él decía: “Señor, no les tomes en cuenta este pecado” es decir, no le importaba nada de lo que sucedía en su entorno contra él, ni quien se lo decía, porque el solo tenía tiempo para contemplar la gloria de Dios.

Este año está a punto de terminar y Dios no quiere que pases al próximo año llevando cargas innecesarias como el odio, rencor, raíces de amargura, recuerdos que te causan dolor, deja que todo eso se quede en el año que se va y pídele a Dios que te permita ver su gloria y te mantengas en ella todos los días de este nuevo año que viene.

Tu mejor medicina es el perdón.

Autor: Juan Carlos Zubiaga

No hay comentarios:

Publicar un comentario